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Gustavo Colina Vargas |
Encandila. El paisaje de Paraguaná que se reinventa en el alma de Gustavo Colina Vargas tiene tanta resolana que impregna de cálido amarillo las figuras y desfiguras de sus lienzos.
Atardeceres fulgurantes, caminos arenosos, flores de yabo, las marcas del mar en la tierra y juguetes extraídos de los viajes por la memoria, pueblan los lienzos y cajas de Colina, quien deja huella en cada obra, con la misma digitación esmerada que le permite sacar de su cuatro las sonoridades más precisas que lo signan como uno de los mejores cuatristas de Venezuela.Es en la Sala B del Museo Histórico General Rafael Urdaneta, donde se exhiben las 19 piezas que configuran su muestra individual llamada Latdos en Sol Mayor, su primera muestra pese a que dibuja y pinta desde los ocho años.
“Tengo mucho respeto por mis maestros y amigos artistas de este lar”, reconoce Colina como la razón de no haber expuesto sus trabajos pictóricos antes.
“Hace un año Gustavo me mostró su trabajo y lo identifiqué con el grupo Cobra. Transcurrido un tiempo me pareció que su obra era muy digna de exhibir”, determinó el artista Freddy Paz Rincón.
“Detrás de esto hay un trabajo desnudo, del alma, que tiene que ver con la cotidianidad —expuso Colina—. Trato de fluir con actitud reflexiva sobre lo que hemos dejado atrás: la infancia y esa Paraguaná que llevo por dentro”.
Con esos paisajes internos, Colina agrupó sus piezas en series llamadas: Infancia, Diablos Danzantes de Yare, Recurrencia de la Memoria, Paraguaná, más La Ciudad y sus Escombros.
En el mismo contexto de Paraguaná y memoria, la música no pudo faltar. Colina rasgó su cuatro acompañado de la voz de su hermano Israel, para interpretar Delirio Paraguanense y Poeta. Cerró el breve recital Lola Delgado, esposa de Gustavo, con una emotiva canción llamada Samba para no morir.
Con “Lola”, quien es cantante y periodista, Colina plantea hacer su próxima exposición que tratará sobre Paraguaná y Maracaibo.
Entre otros proyectos, Gustavo publicará este año su primer poemario, con fotos de Álvaro Silva y letras que le han dejado familiares y amigos a través de mensajes de texto. También se plantea una muestra con su paisano José Gotopo.
“Para ello estaremos por Paraguaná 20 días —añade— para abstraer su paisaje, música y poesía”.
Es así como en su obra pictórica fluye música, y de su música sale una amalgama de colores, a decir del artista Régulo Rincón, en el texto que elaboró para la muestra.
“Es abstraccionismo lírico”, advierte el artista Jesús Pérez al tratar descifrar el tachismo, trazos y texturas de los paisajes asoleados que decantan del alma de Colina.
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