Eddi Palmieri improviso al piano con los muchachos de la orquesta y confesó sentir una extraña emoción
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Al entrar, vestido con un blue jean y un paltó marrón, lo primero que hizo fue escuchar a la Juvenil del Conservatorio Simón Bolívar, dirigida por Manuel Jurado. La orquesta, integrada por chicos entre 10 y 15 años, interpretó el Danzón N 2 de Arturo Márquez.
Mientras tocaban muchos de los músicos miraban, casi incrédulos, a Eddie Palmieri. Sonreían y gozaban con sus instrumentos. "¡Bravo!", gritó Palmieri al finalizar la pieza. "Tengo que dejarles saber que son impresionantes. Es un orgullo para mí escuchar algo tan sensacional como esto. ¡Me pusieron el alma en el pecho!", aseguró entre aplausos.
"¿A ti?", le dijo Palmieri a Manuel Jurado. "¡Para ti no tengo palabras!", exclamó mientras le daba la mano al director, que demostró su talento avasallante.
La emoción aumentaría cuando, el también compositor de música latino caribeña y de Latin Jazz, escuchó a la Simón Bolívar Big-Band Jazz y a la Orquesta Latino Caribeña Simón Bolívar. Ahí gozó... y cómo gozó. Siguió cada movimiento de los músicos con sus instrumentos. Les aplaudía de pie, como se hace con los grandes.
La Big-Band Jazz fue la primera en tocar. La orquesta, dirigida por Linda Briceño, interpretó el tema Palmas (1994) de Eddie Palmieri. La impresión no se hizo esperar. De principio a fin supervisó el tema. ¡Estaba sonrojado!
El siguiente turno fue para la Orquesta Latino Caribeña. El director, Alberto Vergara, le dio la bienvenida a Palmieri. "En los años 60 usted, maestro, marcó la pauta. Hay un lenguaje que creó y que nosotros seguimos hoy", le dijo al salsero antes de interpretar la pieza del estadounidense Lo que yo traigo es sabroso (1964).
Al escuchar que tocarían ese tema, Palmieri soltó una carcajada. Los chicos de la Latino Caribeña, entonando el tema, invitaron al maestro a sentarse en el piano negro de cola que estaba dispuesto en el medio de la sala.
Inmediatamente, colocó sus manos mágicas en las teclas... lo que vino después fue virtuosismo puro. Acompañó con su música a la orquesta, contrapunteó con el pianista de la Latino Caribeña, a quien alabó, e incluso, en algunas ocasiones hasta dirigió la pieza.
Pero él no fue el único que se sumó al "vente tú". El trompetista Brian Hollister y el trombonista L. Conrad Herwig III hicieron lo propio. Los sonidos eran sublimes. Jazz y salsa de la buena durante 20 minutos fugases, que cerró Palmieri, como director de orquesta.
"Esto ha sido una experiencia única. Una sorpresa para mi alma. Tienen una gran orquesta, deben sentirse orgullosos. Yo he gozado. ¡El Danzón me asustó: fue impresionante! Conmigo pueden contar siempre", sentenció Palmieri.
Luego, el grupo Madera le dio una breve demostración de cómo suenan los tambores hechos en Venezuela. Estos fueron obsequiados al final a Eddie Palmieri. "Este último toque de tambores me prendió el congo", dijo para despedirse.
DUBRASKA FALCÓN / EL UNIVERSAL
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